Cada persona carga un “enjambre” de voces, pensamientos, ideas. Un enjambre hipnótico, constante, perfecto en sus infinitas combinaciones. Este enjambre danza día tras día, estemos despiertos o dormidos, continua incansablemente su movimiento, seamos conscientes de su ritmo o no, como el viento, como el mar que sostiene su coreografía según sus propias reglas.
Existirá mientras el individuo deje que exista, y en la manera en la que se lo permita.
Instalación presentada en Fase 7 en el Centro Cultural Recoleta 2015
Instalación audiovisual, realizada a partir de un software creado para generar estas nubes. La imagen es proyectada sobre un bastidor el cual posee parlantes en su interior