
Los cauces fluviales son una fuente prehistórica y constante de movimiento. A su paso dibujan ríos como venas que recorren kilómetros, construyendo camino. Su corriente se presenta como un baile energético, incansable y testarudo buscando instintivamente su recorrido. La obra se materializa como una escultura lumínica. Su estructura está compuesta por una serie de rocas de resina poliester cristal diseñadas como piezas únicas, y ubicadas formando cauces fluviales o patrones alegóricos al flujo del agua. Cada piedra translúcida esconde detrás una luz (LED RGB). Un sistema de control electrónico, dota al grupo de rocas con patrones coreográficos de colores y ritmos, materializando la metáfora. El software será desarrollado a medida del proyecto, y compartidos abiertamente.


Obra realizada por Agustín Ramos Anzorena y Paloma Marquez.
Esta instalación fue presentada en el Festival des Arts et Cultures Numériques (La Rochelle, Francia 2019), "Mouvements Lithologiques" Lycée Valin (La Rochelle, Francia 2019), "Diálogos Geológicos" (Casona de los Olivera, Buenos Aires, 2019), Embajada Argentina en Washington (2022) y Consulado Argentino en Nueva York (2022).