En un tiempo-espacio tácito e impoluto; Paloma, nos devuelve a las más antiguas manifestaciones de destreza y pensamiento. Breves narraciones con un anónimo protagonista: individual, multiplicado, colectivo; se van cargando de significación. Nos acercan a su trama y nos hacen cuestionar.
Donde cada elemento construye, en aparente síntesis, la suma de lenguajes enriquece el relato. La distancia disfraza en mancha; la cercanía, descubre las formas primarias de la figuración. Cierta geometría orquesta un suave equilibrio en tensión. Mientras, el texto redobla lo pictórico.
Ritmos estallan y desaceleran las telas. Paloma, pinta; Paloma, musicaliza. Sus personajes se agitan, gritan... y súbitamente, se entregan al silencio. Porque es en el contrapunto, donde ella arcilla su universo.
-La intranquilidad de las masas-, 7 telas, 1 instalación, donde “Hoy soy uno, mañana volveré a desgarrarme en mil astillas; y así, todo en este mundo, se decanta y se modula.”(*).
Vanesa López Giacomelli, curator
(*). Vladimir Nabokov, “Sonidos”.
Ver video de la muestra "La intranquilidad del reposo" en el CIC