En la instalación “Erosión Coreográfica” (2019), una roca es intervenida por otra roca en movimiento, generando una erosión por roce. El dispositivo que genera esta fricción es un brazo que repite incansablemente el mismo movimiento, lento y constante. Permitiendo que la roca en movimiento genera un desgaste en la otra o viceversa o desgaste mutuo, dependiendo de la dureza de cada una de las piedras. Durante el tiempo se van transformando una a la otra dejando polvo a su alrededor, limando las asperezas, dibujando líneas.

Las vibraciones generadas por este movimiento son registradas, ecualizadas y amplificadas varias veces para lograr un sonido hipnótico, sólido y que responda a la búsqueda sonora. Al ser tres dispositivos, el sonido en su conjunto genera un diálogo geológico, la voz de la roca frente a la intervención humana y al paso del tiempo.

Esta obra fue presentada en el Festival Zero1 de La Rochelle, Francia 2019.

Composición sonora creada a partir de la grabación y mezcla de las vibraciones.